viernes, 25 de mayo de 2012

Pensamiento lateral y "chinitas" negras

 Algunas veces sentimos angustia porque no podemos salir de situaciones que nos parecen irremediables, situaciones para las que, a pesar de haberle dado muchas vueltas, no encontramos salida. Ante un problema,  nuestro cerebro utiliza una determinada manera lógica, una forma de pensamiento en una sola dirección, un patrón “habitual” que deja de lado otros enfoques, maneras,  quizá poco ortodoxas para este modelo convencional.

Sin embargo, existen otras formas más creativas, otros modos de dar luz a los problemas que se desvían del enfoque unidireccional. Esto sería el pensamiento lateral.

En la forma tradicional de razonar progresamos lógicamente de un paso al siguiente, mientras que razonar lateralmente es pensar de forma aleatoria, de ahí que al primer paso se le llame también pensamiento vertical y al segundo, lateral.

Este tipo de razonamiento multifocal, es un método imaginativo de solución de conflictos que se puede ejercitar mediante el entrenamiento de técnicas, las cuales nos proporcionarían enfoques distintos de un mismo problema con la consiguiente pluralidad de respuestas. Con este procedimiento innovador, nuestro cerebro terminará por crear nuevos caminos neuronales que estaban dormidos.

La importancia del pensamiento lateral es que resulta ser una buena herramienta para la solución de nuestros problemas cotidianos y no tan cotidianos.

Para ilustrar todo lo dicho, os contaré el siguiente cuento:

“Érase un pobre campesino que se encontraba totalmente abrumado por las deudas contraídas con el señor de las tierras que cultivaba, ya que la cosecha de los últimos años había sido escasa debido al  mal tiempo. Cierto día, se presentó el dueño en su casa y le propuso perdonarle la deuda, a cambio de esposarse con su única hija.

La hija se encontró ante el dilema fatal de casarse con un anciano o sumir a su padre en la ruina. Como el viejo viera que la hija mantenía sus dudas, aún se lo puso más fácil y le ofreció resolverlas allí mismo con un juego de azar: cogería dos piedras del camino de entrada a la casa, una negra y otra blanca, y las metería en un saquito de tela. Si la muchacha escogía la piedra negra se casaría con él, si escogía la blanca, no tendría que hacerlo y en ambos casos la deuda del padre quedaría saldada.

Cuando la joven accedió al juego, el anciano cogió disimuladamente dos piedras negras y las metió dentro del saco. El hecho no pasó inadvertido para la chica que creyó sucumbir en ese momento, mirando tristemente hacia el camino repleto de guijarros blancos y negros. Sin embargo, instantáneamente se le ocurrió la siguiente solución. Al recoger la piedra del saco la dejó caer al suelo del camino de modo que no se podía identificar cuál era entre tantas la escogida. Ante este suceso, la joven pidió disculpas por su torpeza afirmando que su desacierto no cambiarían los hechos puesto que la piedra que quedaba en el saco podía decidir a todas luces el resultado del juego. Dado que la piedra que contenía era la negra, se podía deducir que la escogida había sido la blanca”.

En este ejemplo podemos comprobar que lo que decididamente parecía perdido, no lo era tanto.

El propósito de hablar sobre este tipo de pensamiento es infundir la siguiente idea: “la mayoría de los problemas que se nos plantean, tienen solución cuando los reformulamos desde varias caras”. Esto es lo mismo que decir: “apliquemos la mirada poliédrica”

Es importante incidir en esta idea dados los tiempos que corren.  Tiempos repletos  de  problemas insolubles que nos provocaron viejos avaros con sacos atiborrados de chinitas negras, los cuales tenemos que salvar con la fuerza de nuestro pensamiento creativo. Debemos ser conscientes del poder latente de nuestro pensamiento lateral.

                                                                                                              V. Abad

1 comentario:

  1. Me ha resultado ameno e interesante el artículo.
    Me surge una pregunta. ¿cuando hablamos de pensamiento lateral estamos hablando de plasticidad neuronal? porque en ambos casos se crean nuevas conexiones y vías de conocimiento en el cerebro.
    Otra vez enhorabuena por el artículo

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