lunes, 7 de mayo de 2012

Yo soy filósofo

                                     

-¿Señor podría contestar unas preguntas para la televisión? Le pregunta una joven periodista a un hombre de mediana edad que se encontraba en la cola del INEM.

-Si, ¿Cómo no?

-Mire si le parece bien, vamos a grabar una entrevista. Le vamos a hacer preguntas sobre el tiempo que lleva usted desempleado, qué trabajo desempeñaba… cosas así, porque, usted ¿qué es?

-¿Yo?,  filósofo

-¡Ah! ¿Es usted profesor? Qué bonita la filosofía, aun recuerdo la Historia de la Filosofía de Bachiller; Platón, Hume, Nietszche…

-Oh! No, yo no conozco a esos señores

-¿No es usted profesor?

-No, yo soy conductor de autobús

-Y ¿por qué me dice que es usted filósofo?

-Porque lo soy.

-Perdóneme señor, no le entiendo. La joven empezaba a impacientarse y comenzó a buscar entre la fila cualquier otro personaje al que entrevistar.

-¿No me preguntó que qué soy? –le dice a la chica.

-Si claro…

-Pues soy filósofo.

-Pero me ha dicho que es conductor de autobús.

-Si esa es mi profesión, pero yo soy filósofo. Entonces la periodista algo más interesada, hizo una seña al cámara para que se alejase y dejó que el hombre se explicara.

-       -Mire, mi profesión es conductor, mi empresa quebró hace un año, pero yo soy filósofo.La chica asintió. Sabía que esa no era la entrevista que tenía que cubrir pero había algo que le obligaba a escuchar a su interlocutor.

-       -En todo este tiempo que llevo parado he descubierto que soy filósofo.

-        -¿Y cómo fue?

-       -Muy sencillo, una vez que sentí que lo había perdido todo, me encontré con las cosas que había ganado. Comencé a leer, no a esos señores que nombró, pero si libros interesantes, y me di cuenta de que siempre fui un filósofo porque decían cosas que yo ya había pensado. Mi profesión, viajando y conduciendo kilómetros día y noche sin hablar con nadie, me obligaba a escuchar la radio y a darle vueltas a las cosas; pero es ahora cuando he tomado consciencia de lo que soy.

-       -¿Y cómo se toma consciencia de lo que uno es? Para ese momento la joven periodista se encontraba sumergida en la conversación.

-       -No sé si tengo palabras para explicarlo, es más un sentimiento y una forma de ver, ser y estar. Es un poco raro, pero es como me siento. Ahora estoy en la fila del paro, fui conductor y tal vez acabe teniendo otra profesión y aunque todo esto pueda parecer frustrante, es pasajero y puntual. Yo sé que soy algo más que eso.

-       -Pero usted tendrá que comer, pagar las facturas…

-       -Está usted en lo cierto, comer o no comer, pagar o no pagar… la vida está llena de elecciones, siempre vamos a tener que elegir algo y cuando se hace, siempre se tiene una sensación de pérdida porque al elegir lo uno, desechas lo otro. Por ello intento no angustiarme, pues si tuviera trabajo tendría que hacer otras elecciones que también me llevarían a la duda y a la ansiedad.

-       -Pero si tuviera empleo usted se encontraría mejor –afirmó la chica.

-       - Seguramente me encontraría más confiado, pero esa confianza no estaría basada en mí mismo como es ahora. Mire joven, cuando una persona llega a la convicción de que no tiene nada que perder, puede hacer dos cosas: perderse a sí mismo o descubrirse.

-       -Pero insisto ¿qué es descubrirse? –preguntó la periodista verdaderamente interesada por el rumbo que tomaba la charla.

-       -Descubrirse es encontrar la llave de la eternidad. Decidir que pase lo que pase fuera de uno mismo, es circunstancial. Que lo importante es escuchar y escucharse, y contar  con uno mismo para lo que haga falta. Es probable que encuentre trabajo, o no, que las cosas mejoren, o no. Es cierto que sería más feliz fuera de la cola del paro… o no. No  hay más certeza que yo mismo y lo que me digo a mi mismo, así pues ¿para qué sufrir?

-       La periodista suspiró profundamente como integrando las profundas palabras del parado.

-       -Efectivamente es usted un filósofo. Perdone que no le haga la entrevista, pues no da usted el perfil, pero le agradezco sus interesantes palabras.

-       -Yo también le agradezco su conversación ha sido un placer hablar con usted, pero tal vez no encuentre su perfil en la cola del INEM. Cada uno de estos parados es un filósofo, llevan su propio modo de ser y estar, aunque algunos no se hayan percatado de la misma manera que yo.

-       -Muchas gracias señor, de todos modos lo voy a  intentar.

-       -De nada. Es bueno pelear y no sucumbir a la primera.

-       Y mientras se alejaba la chica, el parado pensaba para sí mismo: "Sucumbir. Menuda palabra. !Hay que ver lo que enseñan los libros!".

                                                                                                                             V. Abad

No hay comentarios:

Publicar un comentario