sábado, 12 de mayo de 2012

Los amigos molestos


Yo soy básicamente epicúrea, especialmente en lo que se refiere a la amistad. Las vivencias compartidas priman sobre los lazos de sangre sin fundamento. A mis amigos cuido y me cuidan en momentos sombríos, colándose en mi vida intermitentemente de manera natural. Son el regazo dentro del cual,  trenzo largas cuerdas de amor y cariño. En ellos me regocijo.

Hay muchas clases de amigos, pero yo quiero hacer mención especial de aquel descarado que nos suele decir lo que no queremos escuchar. Ese que, en función de nuestra confianza, siente la necesidad o la responsabilidad de opinar, aconsejar o reprochar. El que nos resulta incómodo y un poco desagradable, el que “nos da la vara”.

A veces, sus palabras me resultan feroces, porque le doy la oportunidad de llegarme precisamente por nuestra amistad ¿Hay peor crítica que la que viene de un ser querido? De él me defiendo preguntándome de dónde procede ese discurso que me resulta ofensivo, sin analizar hasta dónde estoy dispuesta a escuchar. Es el amigo cargante que pincha mi ombligo y desinfla mi ego, produciendo en mí  sentimientos de rechazo hacia su persona.  

Sin embargo, el muy bribón tiene dotes de miseria y de grandeza, pues es el indicador de mi soberbia y mis delirios. Chivato de mis errores; es mi referente. Me dibuja imperfecta y humana,  pone piedras que tengo que levantar o saltar. Es mi amigo del alma que me obliga a avanzar.

Desde aquí comprendo el valor de su presencia y le amo profundamente por influir de manera tan radical y positiva en mi existencia. En mi amigo no hay cobijo pero sí regocijo, siendo así que le digo para mis adentros: ¡Ay compañero de mi vida, qué suerte tengo de llevarte conmigo!

                                                                                                                             V. Abad

1 comentario:

  1. Ya decía Aristóteles que es propio del amigo hacer bien, sobre todo a los que no lo han pedido. Tambien decía que el hombre feliz necesita amigos. La verdad es que sin amigos es como vivir en el desierto.

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