viernes, 3 de abril de 2020

Me quedo con...



Me quedo con ese gran ventanal que me enseñaba las distintas tonalidades de azules durante el periodo de hospitalización
Con el abrazo a las víctimas y sus familiares que no tuvieron la misma suerte que yo
Con el médico de urgencia haciendo doblete y su amabilidad y desesperación por nuestro sufrimiento
Con el enjambre de enfermeros y enfermeras que aparecían en urgencias batiendo sus batas en un soplo de esperanza y en especial, con la caricia de esa enfermera que milagrosamente hizo traspasar su humanidad a través del doble guante de plástico de su mano
Me quedo con el dinamismo del médico que traía el parte todos los días y las palabras de cariño de las impiadoras que nos cambiaban la ropa y nos cuidaban a diario, a pesar de tanta adversidad

Me quedo con los miles de te quieros que me llegaban y que yo colgaba en mis pulmones, arbolitos dañados, como bolitas de navidad. Con las personas que me tenían en sus oraciones y meditaciones. Con los mensajes de whatsapp que me sostenían en las largas horas de confusión y desaliento.
Me quedo con la música que me dio la vida y con la canción “Resistiré"

Me quedo con la creatividad de todos los que echan una mano. Con los maestros, con los que tele trabajan, limpiadores y reponedores. Con los ingenieros que hacen mascarillas y respiradores con sus impresoras personales y con los ayudantes que las hacen llegar en sus vehículos por las calles. También con los que han aportado sus conocimientos y fuerzas para levantar un hospital de campaña en cinco días.
Con las gentes que dejan comida a los transportistas que llevan el material tan necesario para tener suministros. Con los cuidadores que se confinan en las residencias con sus viejitos
Me quedo con el Padre Ángel, con Amancio Ortega y con la alegría de la gente en sus balcones, por su valiente confinamiento

Me quedo con los esfuerzos de los políticos a pesar de sus errores. Con los que se intentan apoyar a pesar de sus discrepancias y sus colores. Con las Comunidades Autónomas que donan y acogen enfermos de otras Comunidades. Me quedo con el SUMA y sigue

Me quedo con todas las fuerzas vivas, sanitarios, ejército, policía, guardia civil, mossos, ertzainas, bomberos, funcionarios de prisiones, farmacéuticos... que están en primera línea y que han tenido bajas en sus filas.

Y les digo a aquellos que van cargados de artillería, juicios y polémica, esos que sólo se dedican a poner el ojo en la bala... que existe una justicia por encima de la de los hombres y que se les puede disparar el ojo en vez de la bala. Me quedo con su luz, aunque ellos no sean conscientes de que la tienen

Me quedo con la GRATITUD y el deseo de seguir adelante en compañía de las personas que se quieran subir al carro de la SOLIDARIDAD

V.A (hospitalizada en el Hospital Clínico de Madrid por corona virus)

jueves, 22 de diciembre de 2016

Feliz Navidad




Diciembre de 2016:

Dicen que los años bisiestos son años de mala suerte. Sin embargo, éste que está a punto de terminar, ha sido muy enriquecedor al estar plagado de acontecimientos y sensaciones que me han ayudado a crecer un poco más. Aprendí a decir adiós, a desestimar los juicios, a no tener expectativas, a vivir el presente, a disfrutar del silencio. En él se dieron decepciones y alegrías, pero ha sido tan grande el resultado, que nunca podré proyectarme en sus carencias, sino en sus logros; sumó en vez de restar, añadió sentido, serenidad y conciencia. Agradezco pues, todo lo que me ha ofrecido, y también agradezco a todas aquellas personas que, a pesar de mis defectos, me acompañan contra viento y marea, en este apasionante viaje de la vida.


¡¡Feliz Navidad!!

V. Abad

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Viva la música




Cierto día, alguien crea una pieza musical y después, queda suspendida en el aire esperando que otro alguien se identifique con ella y la haga suya. Pero esto no es verdad, porque es la canción la que te hace suyo cuando ya no puedes abandonar su tarareo. La música te prende a ella, es un atrapa espíritus, matemática emocional que te llena el alma de melodía.

https://www.youtube.com/watch?v=fJ9rUzIMcZQ

En esta composición de Freddie Mercury, se puede escuchar el lamento de un hombre a punto de morir que ha vendido su alma al diablo, el llanto de su madre, los gritos del diablo y el cántico de los ángeles… Sublime.
Para seguir con la experiencia, os dejo este enlace:


http://cadenaser.com/programa/2016/10/03/hoy_por_hoy/1475492461_054236.html


Espero que lo disfrutéis.


V. Abad

viernes, 18 de noviembre de 2016

Imagina que puedes soñar tu vida

Imagina que abrieras una puerta que diera al universo, y descubriéramos un sinfín de mundos. Millones de personas y situaciones dispares, contrarias,  interactuando contigo en infinitos escenarios. Imagina que en cada una de estos escenarios fueras un personaje distinto: en uno alguien poderoso, en otro un pobre de solemnidad. En uno un gran aventurero, en otro,  un tipo pusilánime. En uno un magnate de las finanzas, en otras un indigente…realidades ordenadas gradualmente de extremo a extremo, que conforman la totalidad de infinitas posibilidades de las que te sientes parte. Ese es el universo que podría responder a la ininteligible física cuántica.

Ahora bien, dando por supuesto las características de esta física, imagina que en ese mar de realidades que se te ofrecen, tú puedes escoger la que desees, por lo que te vas moviendo de un lado a otro como el que va saltando por un sendero de cantos que cruzan un río, en el que seleccionarías piedra a piedra, la que tú creyeras más conveniente para llegar a la otra orilla.  La conveniencia de vadearlo de un modo u otro, irá de acuerdo con las capacidades y cualidades de que dispongas y elegirás las opciones para llegar a tu objetivo, en función de tu agudeza visual, de la largura de tus piernas, de las ganas de cruzar el río o del miedo que te infunda el agua. Así pues, en gran medida inevitablemente el recorrido dependerá de ti.

Si trasladaras esta analogía a tu vida real y siguiendo con el presupuesto cuántico, podríamos decir que nuestras condiciones internas mandarían, a la hora de elegir las opciones que nos situarían en los distintos decorados de nuestra realidad, de tal manera que, si eres temeroso, la opción de ser aventurero quedaría  muy lejos, o si  tienes rechazo al dinero, llegar a magnate sería inconcebible, pudiendo deducir, una vez más, que la clave de tu viaje se encontrará indefectiblemente dentro de ti.

Tú me podrías decir que aún siendo dueños de nuestras cualidades internas, existen condiciones externas en las que no podemos tener ningún control, como puede ser la agudeza visual del individuo del ejemplo de las piedras, ya que no sería lo mismo que vadeara el río un vidente que un ciego.

Si bien es cierto que partiríamos de dos situaciones de aparente desigualdad, la historia nos ha dado ejemplos en los que las carencias  físicas o materiales  no han sido obstáculo para lograr grandes objetivos, superando notablemente a otras personas que no las tenían. Y eso es el resultado de las motivaciones internas del sujeto, por tanto volveríamos a la fuerza de las convicciones intrínsecas de cada individuo.

Aun yo diría más. Las condiciones externas forman parte de ese universo cuántico en el que tú vas a elegir. Curiosamente me decía un poco acalorado un invidente en uno de mis encuentros filosóficos: “¿quieres decir que yo podría haber escogido ser ciego para demostrar  que se puede ser autónomo a pesar de la ausencia de visión?”  Pues desde este punto de vista, sí.

A lo largo de la historia de occidente, los descubrimientos de la física han resultado transcendentales para la humanidad. La existencia del ser humano se ha ido transformando paralelamente a estos descubrimientos, desde los griegos, pasando por la del Renacimiento, hasta llegar a Newton y Einstein. Ahora toca el fascinante paradigma cuántico, que nos promete un universo completamente conectado con el todo. Me vienen a la mente las palabras de Stephen Hawking en una entrevista, en la que afirmaba que la ciencia nos acerca a Dios. Estoy de acuerdo, para mí el conocimiento es el camino que nos lleva a Él.

Si el universo lo contuviera todo, se confirmaría el libre albedrío del ser humano en cuanto que, podría decidir el tipo de vida que quiere vivir, pues al depurar determinadas creencias, tendría acceso a las mejores opciones. Desde esta perspectiva, también podríamos afirmar la responsabilidad que tenemos cada uno de nuestras propias vidas y la importancia de trabajar sobre nosotros, aquello que queremos cambiar.

Aceptar este enfoque y profundizar sobre sus presupuestos, nos llevaría a iluminar nuestra oscuridad, brindándonos un marco en el que aparecerían personas y situaciones que interaccionarían en nuestra misma frecuencia, por eso es tan importante situarte en un nivel de energía superior.

Allá fuera, el universo inteligente nos espera para materializar aquello que conseguiremos según el nivel de limpieza interior que estamos dispuestos a asumir, desde el mejor de los mundos posibles hasta el más caótico, correspondiéndose con el grado de conciencia en el que nos desenvolvamos. Elevar ese nivel de conciencia será nuestra misión, no es tarea fácil, pero sí apasionante, pues es el puro acto de la creación de nuestra propia vida. 


                                                                                                               V. Abad