lunes, 28 de mayo de 2012

Yolanda y La Coronela






Sección Lavar y Marcar (5)


-No me pongas crema, Yoli, mejor una ampolla que me dura más el peinado -se oye decir una voz con firmeza.

Yolanda es una jovencita con aspiraciones a oficiala que lleva tiempo aprendiendo la profesión. Su gran entusiasmo por todas las cosas de este mundo, frente a un curriculo bastante escaso en conocimientos, fue definitivo para su contratación. En opinión de Mati, la falta de preparación no debería ser un obstáculo en las personas que muestran la gran cualidad de sorprenderse ante lo que le ofrece la vida. Y así es Yoli, una extraordinaria trabajadora que aprende con facilidad y sobre todo, con mucha alegría.

-Muy bien Doña Marina, le voy a dar un masajito –dice a la anciana sentándola en el asiento de mi izquierda.                                                                                         

Doña Marina es la “coronela”. Muchas clientas tienen un apodo y todas lo saben. Incluso cuando piden cita, lo hacen con el alias para no dar lugar a confusiones. El mote es algo que se va amasando a lo largo del tiempo y de la confianza con la clienta. Se suele aplicar con respeto, cuando se habla en tercera persona:  “a las 12 tienes cita con la coronela”, rara vez  en el tú a tú.

La mayoría lo asume con naturalidad y con  mucho orgullo, pues funciona como un tótem que una vez adquirido, te lleva a formar parte de esta curiosa comunidad. Por tanto, aquella que logre un mote, tiene una cuota de prestigio en este club tan particular.

La coronela, es viuda de un militar de desconocida graduación, -pero había que darle un grado-  al que le dio tiempo a darle once hijos. Todos, y cada uno de ellos, se han establecido por la inmensa geografía del mundo gracias al buen hacer de esta madre de pelo cano, rasgos fuertes y enérgica voluntad.

“La terremoto” – también las trabajadoras gozan de este privilegio y este es el apodo de Yoli- comienza a ponerle la ampolla a Doña Marina, mientras Mati se nos acerca tras acompañar a una clienta a la puerta.

-Mati de verdad  -le asalta Yoli en tono lastimero, ¿te lo has pensado? dime que me vas a dar permiso.

-¿Cómo me pides vacaciones a cuenta del año que viene si acabas de llegar?

-¡Pero estas son especiales, no te lo pediría si no fuera así!.

- !No te me pongas quejicosa! El mes de noviembre es un mes de mucho trabajo y no puedo permitirme el lujo de estar sin ti. Para eso cerramos en Agosto.

-!Pero es que el viaje es en esa fecha. Tú sabes que a Egipto no se puede ir en verano!

- Quieres ir a Egipto? ¡Qué bien! –le digo con entusiasmo para bajar un poco el tono.

-Llevo ahorrando desde hace un año, es la ilusión de mi vida y ya tengo grupo para ir –me contesta mimosa.

-Tienes que buscar otras opciones Yoli – parece que Mati no cede.

-Puedo no cobrar esos días, no es más que una semana.

Yoli  termina de darle el masaje a la coronela y sigue insistiendo, mientras le pisa los talones a Mati que se dirige  hacia el cuartito del material. Sonrío a la coronela con paciencia, esperando que alguien me atienda y ésta me dice:

-Pobre chica, no creo que prospere la propuesta. De todos modos es muy joven tiene toda una vida por delante para ir de viaje a donde quiera.

-Quizá Mati cambie de opinión, ¡está tan ilusionada!

De nuevo sale Mati decidida con la bata y la capa de cortar –parece que hoy me toca corte-  y las coloca sobre el mostrador delante de mí.

-Ahora te ayuda a ponértelas Yoli, me dice escuetamente.

-Gracias Mati … ¿No te lo vas a pensar?, pregunto un tanto temerosa.
-Ya me lo he pensado –me mira con cara de complicidad

-Ah! ¿La vas a dejar verdad?

-Sí ¡habla bajito! – me dice mirando hacia la puerta del cuartito. -Aún no debe saberlo –prosigue- se lo tiene que trabajar Miriam, cuando se piden las cosas hay que dar también soluciones, y puede que las haya. Es un buen viaje, una buena causa, por la cultura.  Yo siempre digo: “dime por donde andas y te diré cómo te encuentras”.

-Me temo que el refrán no es así –dice la coronela-, aún tengo memoria para los refranes.

-¿Cómo que no? ¿Será mejor que se vaya a una playa exótica? ¡es el primer viaje pagado por ella y ha escogido Egiptooo! – nos aclara haciendo una mueca extravagante y con un hilo de voz-, si me lo hubiera pedido para irse a Punta Cana, no lo tendría tan fácil. Esta niña anda pero que muy bien, muy bien...

-Para Mati estaba clarísimo. También lo estaba que Yoli se iba a Egipto. Lo que nosotras no sabíamos es cómo se iba a resolver el asunto de su sustitución.

                                                                                                             V. Abad

2 comentarios:

  1. Estoy siguiendo esta sección, me gusta mucho. Me parece una idea muy original.

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  2. Muchas gracias Concepción, espero que nuestra peluquera esté siempre a la altura y no nos defraude.

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