Me gustaría hacer una reflexión acerca de la importancia de saber manejar los distintos puntos de vista. En la saga de Juego de Tronos, existe una figura denominada por el autor, “cambiapieles”, que es un individuo que tiene la facultad de penetrar dentro de un animal o de otra persona. Así pues, estos hombres, mujeres y niños, sin moverse del sitio, pueden sentir la intensidad del hambre en un lobo huargo, disfrutar del melodioso vuelo del águila o experimentar la agilidad de un salvaje cuando va de caza.
En realidad, estos cambiapieles son unos extraordinarios empatizadores, capaces de meterse con desenvoltura en la piel del otro. Menos fantástico y más coloquialmente yo lo expresaría, para que nos entendamos, con el popular dicho “meterse en los zapatos del otro”.

Y a partir de aquí dejaremos de proclamar afirmaciones del tipo, “las cosas son como tienen que ser”, “no me merezco esto”, “hay que hacerlo como debe ser”, “no me lo esperaba de ti”; para pasar al “cada cual hace lo que puede”. Con este ejercicio, no se intenta, ni mucho menos, justificar las acciones de cada uno, sino llegar a entenderlas.
Ponernos los zapatos del millonario, del político, del obrero, del parado, del corrupto, incluso del asesino, nos ayuda a ejercer el noble arte de la tolerancia, hoy por hoy, completamente denostado.
Entiendo que con los tiempos que corren en los que vamos teniendo un sentimiento de pérdida galopante, parar, en medio de la vorágine, resulta dificultoso; sin embargo, precisamente es ahora cuando hay que afrontarlo, para no caer en el error de vivir en unos zapatos muy pequeños, o demasiado atados que nos hacen sentirnos sobradamente seguros de nosotros mismos.

Quería dejar constancia de esta reflexión por escrito, a modo de recordatorio para mi propio uso y también para quien quiera compartirlo, ya que la palabra escrita es, tal vez, menos efímera que la de viva voz. Con ello, mi intención sería señalar, recalcando, que el juego de los puntos de vista, es el juego de la tolerancia, de la riqueza de sus matices, de la inteligencia en todos sus ámbitos, de la salud mental, de la concordia y de la paz porque comprender al otro es comprendernos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea.
V. Abad
Amén.
ResponderEliminar...y me viene a la cabeza que casi siempre llevo zapatos que no son de mi talla.
Olé, olé y olé. Qué de salud aporta la tolerancia. No dejes este asunto como un "recordatorio"; insiste sobre él, que aunque el proceso sea lento, acaba introduciéndose en las personas y aportando una gran dosis de tranquilidad y felicidad.
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