Crecer es vivir y el año 2012 se marcha cargado de experiencias surgidas de golpe y sopetón; mucho bueno, mucho avance, mucho acertijo para salir airoso ¡qué granuja 2012! Gracias.
Le pido a 2013 que no pare, porque parar es morir. Que traiga más, si puede ser a tiempos, a ritmos, para poder cimbrearme sobre el laberinto de la vida. Y si hay algo en mis ancestros, en mi memoria, en mi ADN que pueda impedir el movimiento hacia delante, ruego sea eliminado fulminantemente. Crecer y crecer, vivir y vivir, ¡gracias 2013!
V. Abad
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